Un recinto de Valencia será escenario el próximo sábado de una macrofiesta electrónica en la que se espera la asistencia de 8.000 jóvenes. Tras la tragedia del Madrid Arena, los organizadores extreman las precauciones y aseguran que aquí no se podría repetir lo mismo. Dicen que será imposible superar el aforo. La capacidad duplica las entradas vendidas que, además, estarán controladas. Se trata de un espacio diáfano de 10.000 metros cuadrados. No hay pasillos. No hay escaleras que puedan actuar de cuello de embudo. Habrá diez puertas de evacuación permanentemente abiertas. La normativa valenciana es una de las más exigentes del país. La Consellería inspecciona los planes presentados, antes de autorizar el espectáculo. Además de los controladores, la vigilancia se reforzará con seguridad privada y en el exterior con la Policía Local y Nacional. Medidas obligatorias siempre que ahora se miran con lupa.