Diez años después de la catástrofe, Apostolos Mangouras ha declarado hoy ante el juez que instruye el caso Prestige. En el largo interrogatorio que ha durado casi cinco horas, el capitán ha admitido que antes de zarpar observó corrosión en los tanques de lastre, posible origen del accidente, aunque ha añadido que no creyó que pusiera en peligro la seguridad.