“Como es mi último presupuesto, vayan con mucha felicidad”. En el Congreso, con estas palabras y por sorpresa Alfonso Guerra ha anunciado el fin de su carrera política muy a su estilo: como diciendo sin decir, con esa sonrisa socarrona e intimidatoria que identifica su larga, larguísima trayectoria. Desde aquel gran paso en el 74, en Suresnes, como “ alter ego” de González/Isidoro en la toma de poder en el partido. De su mano, el PSOE pasó de la clandestinidad a la legalidad, luego al poder en el 82.