Este año el anuncio de la Lotería de Navidad recurre a los amigos, a esos que se acuerdan de nosotros siempre. Emocionar vuelve a ser el sentimiento protagonista de la Lotería de Navidad. En un principio fueron los niños de San Ildefonso y pronto el calvo de Navidad, un hombre que gustó tanto que estuvo presente en nuestras pantallas desde 1998 hasta 2005; siete años repartiendo suerte. Para tratar de no volver a personalizar el anuncio, lo siguiente fue recurrir a personas de la calle. Pero el año pasado se dejó atrás la emoción y la sensibilidad para dar paso a la solemnidad. O eso se intentó, porque dio pie a las parodias. Pero aun así, su fin último estuvo conseguido. Que todos viéramos el spoty hablásemos de la Lotería.