Era hoy mismo. Familiares y amigos del piloto jordano se concentraban para pedir su liberación. En las caras, angustia y poca convicción en su capacidad para conmover a los secuestradores. El Gobierno jordano ha pronunciado ya la palabra que estaba guardando hasta hoy: venganza. Mañana mismo, para empezar, ejecutará a la yihadista que el Estado Islámico había pedido intercambiar. Será la primera de una lista posiblemente mayor porque Jordania ya había amenazado con esta carta si asesinaban a su piloto.