En un lugar de la Mancha, cuyo nombre es Alcázar de San Juan, un juez de Primera Instancia de Ciudad Real, de los de maza en mano y toga antigua, ha tumbado la prohibición de fumar en las terrazas y la obligatoriedad de las mascarillas en cualquier espacio. Decisión que ha causado disconformidad entre los vecinos y que, a la espera de recurso que la pueda suspender cautelarmente, es de aplicación inmediata en sus calles. El magistrado considera que las medidas del ayuntamiento y la Junta de Castilla-La Mancha no reúnen los requisitos mínimos de proporcionalidad y vulneran, dice, "de manera absoluta" derechos fundamentales sin la debida justificación. Algo que no comparten expertos en Derecho Constitucional consultados. En su auto tampoco se ratifica el no permitir las salidas de residentes de centros sociosanitarios salvo en casos de fuerza mayor. Ni la suspensión de las actividades de ocio en grupo y el cierre de parques y jardines. Un varapalo judicial que se produce dos días después de que otro juez en Madrid tumbase, también, la prohibición de fumar sin la debida distancia y la clausura temporal de los locales nocturnos. Decisión que la Comunidad madrileña no comparte y que ya anuncia que va a recurrir.