'Aquí te dejo lo que te mereces'. Es el último mensaje que recibió la madre del pequeño de dos años asesinado en un hotel en Barcelona. Desesperada, salió corriendo hasta el hotel donde debía estar su hijo. En recepción rogó subir a la habitación, pero no le permitieron la entrada. Cuando llegó la Guardia Urbana pasaban las diez de la noche. Llamaron a la puerta, ante la ausencia de respuesta, los agentes accedieron a la habitación. A simple vista parecía vacía.  Al pequeño, de casi 3 años, se lo encontraron debajo de la cama. Presuntamente, su padre lo mató ahogándolo con una almohada.

Esa misma tarde, María José, una testigo, había coincidido con padre e hijo en la piscina. Según cuenta, todo parecía normal, el niño estaba contento. La escena parecía normal, un padre y un hijo disfrutando del agua. Algo sí le extrañó: "que el padre grabase varios vídeos al niño para enviárselos a su madre", cuenta. "El padre le pedía que le dijese que estaba bien". María José salió a dar un paseo. A su vuelta ya no estaba el padre. Ya no vivía el niño.