Las coladas discurren ahora "estables" y "lentas". Se mueven a 2 metros por hora, una velocidad que hace que la lava se espese. "Seguimos teniendo un bajo aporte, una especie de impasse, que probablemente se invierta en crecer tanto a lo alto como a lo ancho", explica Miguel Ángel Morcuende, técnico del PEVOLCA.

La colada del norte baja lentamente, pero su desembocadura en el mar es inminente. Se encuentra a 160 metros. Un encuentro que supone un choque térmico brutal en la zona. "Hay que tener en cuenta que la lava está a 1.200 grados. El agua del mar está como a 25 grados. Se va a producir una evaporación instantánea con salida de ácido clorhídrico.

Ante la cercanía, los vecinos ya están sobre aviso. Hoy, segundo día de vuelta al cole, los alumnos de Tazacorte tendrán que quedarse en casa, para recibir las clases de manera online. 

Una pesadilla que continúa cuando se cumple un mes después de la primera erupción. Toneladas de lava han engullido casas, comercios y hasta campos de fútbol. 1956 edificaciones completamente destruidas. Más de 800 hectáreas arrasadas y una profunda herida en la agricultura de la isla.

El Ministerio del Interior transfería ayer 10 millones y medio de euros al gobierno canario, para cofinanciar la compra de viviendas. El objetivo, que quienes lo han perdido todo, puedan volver a empezar de cero.