Lo que daría una clave para saber si al volcan le queda poca vida es conocer la cantidad de lava que todavía hay en los reservorios, pero es algo imposible de calcular. Ahora mismo una gran parte de las coladas discurren por tubos lávicos, lo que dificulta su estudio. Sí se ha detectado que ahora la lava es más fluida y por eso, más facilidad para llegar al mar. Los niveles de dióxido de azufre varían mucho de un día a otro. Y aunque la sismicidad a niveles intermedios ha bajado, los vulcanologos creen que el volcán podría haber entrado en un una nueva fase.