Desde mayo del año pasado que Rabat la llamó a consultas, la jefa de la delegación marroquí en España no había vuelto a su puesto. Casi un año del episodio de Brahim Gali. Ahora, que Marruecos no lleve a cabo acciones unilaterales es argumento suficiente como para defender el pacto con ese país. Nuevo escenario en aras de la certidumbre, de la estabilidad internacional, que inestabiliza al PSOE en el plano nacional. Los socialistas se quedan solos en su decisión. Su socio, lo lamenta. Ni lo conocían ni lo comparten. Mucho menos la oposición. Todo el arco parlamentario coincide: aguardan explicaciones del propio presidente. Pero de esa posible reacción de Argelia, y el valioso suministro de gas, fuentes gubernamentales insisten en la solidez de la "relación privilegiada" con ese país, al que, aseguran, se informó previamente.