Todos los sobres siguen un idéntico patrón. Se trata de sobres marrones, con idéntica letra y enviados desde España y todos incluían dentro una sustancia incendiaria, que no explosiva. Una llama súbita que puede hacer daño al receptor, pero no produce destrozos de entidad. La finalidad de estos actos, por tanto, se focaliza en generar miedo y alarma social. Hay que mantener la alerta pero manteniendo la calma, ya que la tecnología de seguridad está diseñada para detectar este tipo de amenazas.