Muchos no verán con buenos ojos la vuelta de fajas y corses a los armarios femeninos. Una prenda que evoca sensualidad pero también tiranía. Moldear el cuerpo a la fuerza se impone aunque lejos de escenas como ésta cuando mami ceñía las cintas de escarlata hasta dejarla sin aliento. Se llevan las cinturas de avispa y los escotes voluptusos pero sin perder la comodidad.