En la Canonja, las campanadas marcan el paso del tiempo. Son evidentemente gratuitas, pero cuando a uno se le acaba el tiempo. "Este es el toque de muertos y son 15 euros". María se enteró el pasado lunes de la noticia cuando un familiar suyo falleció y la funeraria le preguntó si quería que sonaran las campanadas que anuncian el entierro. Desde el consistorio aseguran que siempre se ha hecho así y que no hay afán recaudatorio tras las campanadas y es un funcionario quien tiene que acercarse a la iglesia. Hasta en tres ocasiones: para dar el primer aviso, el segundo media hora antes del entierro y un tercero al comienzo de la ceremonia. Los 15,30 euros que el Ayuntamiento cobra generan todo tipo de opiniones. Pero el alcalde de este pueblo que hasta el año pasado era una pedanía de Tarragona ya ha planteado la posibilidad de eliminar la polémica y sonada tasa del toque de muerto.