Imagínense que cuando entran en el salón de su casa, encuentran una foca negra sentada en su blanco sofá. Pues es lo que le ha ocurrido a una familia de Nueva Zelanda. Así encontraron a la cría de foca pero hasta llegar al cómodo asiento, antes tuvo que salir del agua, cruzar una carretera, entrar en la casa, subir las escaleras, cruzar la cocina y llegar hasta el salón. Todo un periplo que consiguió con éxito. El animal ya ha sido llevado al puerto y devuelto al agua.