El fenómeno es cíclico, coincidiendo con ciertas condiciones metereologicas: calor, viento, y poca humedad. Pero alguien prende la llama. Hay quien ya habla de terrorismo forestal. Un ‘extra’ de criminalidad que no se da en otra comunidades. En Galicia podría haber más de 3000 incendiarios. La mayoría no son pirómanos, no están enfermos, muchos son vecinos de la zona y con razones para quemar.