Dos hombres, tío y sobrino, se están peleando en plena playa. Uno de ellos agarra un enorme palo y golpea con fuerza al otro. El único policía del pueblo intenta separarlos, aunque hacen caso omiso y se ve obligado a disparar al aire hasta cuatro veces su arma reglamentaria. Una pelea que comienza, según cuentan los vecinos, con uno de los implicados empuñando un cuchillo de grandes dimensiones. Tal es el nivel de nerviosismo que ante la insistencia de uno de los jóvenes por volver a agredir al otro, el agente le suelta una advertencia: o te tiras al suelo o te vuelo la cabeza.