Abrirse paso en ese mar infectado era una proeza para el piragüista al que le temblaba el pulso al grabar semejante invasión de medusas luminiscentes. Una auténtica avalancha en las costas de Málaga. Muchas playas mantienen izada la bandera amarilla y los bañistas con muchas ganas de verano se lamentaban de que justo ahora, cuando por fin, atracaba el buen tiempo, las medusas lleguen masivamente.