Malas contestaciones e insultos 24 horas al día. Es lo que sufrieron el 58% de los padres de adolescentes. Un 23% de ellos han pasado de no contestar nunca mal a hacerlo después del encierro, y un 6% ha afianzado el insulto como forma de relacionarse en casa. Muchos aumentaron otros malos hábitos: no ayudar en casa, no hacer los deberes y encerrarse todo el día en su habitación.