El enfado no se despega de Pepi cada vez que escucha hablar de unas Navidades multitudinarias. Estuvo dos semanas ingresada en marzo y aún tiene secuelas. Incluso con anticuerpos prepara un fin de año lejos de su familia. Sergio, con sólo 25 años y sin patologías previas, también estuvo hospitalizado y envía un mensaje de prudencia a los más jóvenes. Y Salvi, uno de los primeros pacientes con coronavirus en España, siente miedo sólo de oír hablar de las Navidades. Temor a que otros vivan lo que él, a otra ola de contagios. Que no aumenten de nuevo las muertes está en nuestras manos, en las celebraciones de todos.