La erupción del volcán en Cumbre Vieja, en La Palma, ha confirmado la capacidad de resiliencia de las abejas. En el Valle de Aridane, solo en un radio de tres kilómetros respecto al cono del volcán, había censadas entre 700 y 800 colmenas de las cuales al menos 50 han desaparecido y muchas otras han quedado aisladas. Bomberos de Gran Canaria que han estado en la zona dejaron en algunas de las colmenas afectadas agua con azúcar para alimentar a estos insectos.