El SEPRONA sigue desarrollando en La Palma una gran labor localizando y cuidando a los animales que han quedado aislados por culpa de la lava. Estos agentes son los ángeles de la guarda para miles de animales que se han quedado vagando por la isla y el SEPRONA los reagrupa en protectoras. Aseguran que hay muchas familias que ya no pueden hacerse cargo de ellos, porque no tienen sitio para muchas familias viven varias en un piso y no pueden más y trabajan en sintonía con la protectora. El ritmo de rescates ha bajado con el paso de los días, pero ante la falta de señales de fatiga del Cumbre Vieja, tienen clara su prioridad, aunque los animales sean importantes, lo primero es ayudar a la gente. El ejemplo más cruel lo protagonizan estos días los podencos atrapados entre la lava, se les ha podido llevar comida, pero las redes sociales y varias ONG claman por su rescate. No es fácil. La situación de emergencia afecta a muchas zonas y las autoridades consideran que primero hay que atender otras urgencias. Hay muchos frentes abiertos y además la legislación actual no permite transportar seres vivos con drones.