Efectivos del Ejército de Tierra y la UME, en colaboración con los bomberos, limpian a diario la ceniza que se acumula en los edificios cercanos al volcán. Son toneladas de peso que podrían amenazar, incluso, a las estructuras de los inmuebles, haciéndolos colapsar. Sólo en el barrio de Las Manchas, el más afectado en la zona sur, los militares han limpiado cerca de trescientas viviendas. Es una tarea dura e ingrata porque, al poco tiempo, se vuelve a acumular el manto gris.