Las coladas del volcán de La Palma avanzan por tierra y por mar. Los científicos del buque Ángeles Alvariño han realizado una batimetría –estudio de las profundidades marinas– del litoral palmero afectado por la erupción y han observado que entre las dos fajanas, a 330 metros de distancia de la costa, la lava que rebosa de los deltas lávicos se ha acumulado en el fondo marino y solo le quedan por completar 4,5 metros para emerger a la superficie. En ese enclave, situado 320 metros al norte de la fajana principal, la profundidad se ha reducido en 9,5 metros a lo largo de los dos meses de emergencia volcánica. Esta modificación sustancial del fondo del mar puede suponer un peligro para la navegación, según advierte el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Frente al delta lávico que comenzó a crecer sobre la playa de Los Guirres el pasado 27 de septiembre las coladas han ganado hasta 30 metros de altitud sobre el suelo marino y esta zona sigue recibiendo aporte de lava desde la Cumbre Vieja.