Son las 15:10. 19 de septiembre. Comienza el infierno, el desastre. 1300 casas sepultadas, 7 mil evacuados. Los palmeros lo van perdiendo todo poco a poco. Sus carreteras, 73 km de las mismas desaparecidas. Sus cultivas: el plátano el aguacate la uva. 370 hectáreas engullidas. Las visitas del presidente se sucedieron, hoy es la última. Los reyes se acercaron al dolor. Los días pasaban las semanas, el Cumbre Vieja rugía, expulsaba, vomitaba la tragedia. Edificaciones, colegios, naves. Los dos principales focos de la riqueza se tambalean: el turismo y la agricultura. El Gobierno ha aprobado ayudas que ascienden a algo más de 400 millones de euros de los que por ahora se han movilizado 138. 64 pisos ya entregados y 40 casas prefabricadas. Las pérdidas calculadas más de 840 millones y esta tarde hay convocada una concentración de protesta. El presidente por eso recuerda su promesa de no olvidar a La Palma. Mientras tanto es el momento de la limpieza, de seguir con las mediciones del aire y de intentar devolver a La Palma cierta normalidad.