Después de un mes luchando por su vida y tras varias operaciones, Sara, que se había sometido a una lipoescultura, falleció el pasado 1 de enero. La familia de la mujer ha denunciado al médico que, presuntamente, no tenía la especialidad de cinco años de medicina estética, por homicidio. Además, se ha pedido que se lleven a cabo test de estupefacientes al resto de personas que estuvieron presentes durante la intervención.

El pasado 2 de diciembre, Sara, de 39 años, de Alcantarilla, se sometió a una lipoescultura en Cartagena, un mes después fallecía tras pasar por la UCI como consecuencia de las graves lesiones en diferentes órganos: riñones, hígado, colon, intestino y duodeno, entre otros.

Tres horas más tarde, el doctor transmitió al acompañante la decisión de trasladar a la chica al Hospital General Santa Lucía, como método, dijo, de prevención, sin embargo, el diagnóstico de los médicos que la atendieron tras la intervención, determinó que las lesiones eran más propias del resultado de una reyerta con arma blanca, que de una operación de cirugía estética.

Entre los diversos daños, aparecen peritonitis fecaloidea y biliar, necrosis isquémica de colon ascendente, perforación duodenal, laceraciones hepáticas, absceso retroperitoneal, necrosis de pared abdominal, múltiples perforaciones intestinales y evisceración contenida.