Nieves López Soler, 62 años. Diagnosticada en 2007. Vive con su hijo David de 20 años. La detectaron cáncer de mama a la misma edad que cuando lo tuvo su madre. Su hijo tenía 5 años cuando la operaron y comenzó el tratamiento de quimioterapia, radioterapia y el posterior bloqueante de estrógeno. 15 años después, cuando comenzó la pandemia del Covid, localizan otro tumor metastásico en la costilla número ocho. Ahora está repitiendo el proceso. Desafortunadamente, recién operada de la mama derecha con una mastectomía simple, le han vuelto a aparecer nuevos tumores. Nieves se niega a operarse y ponerse “ningún tipo de pecho. Cuando cicatrice bien, me haré un bello tatuaje”.

Cuando nos diagnostican cáncer de mama a todas nos pasa por la cabeza ese temor, esa curiosidad, ese horror que te anuncia el preludio de un viaje cuyo destino por mucho que te digan queda difuso.