Es una frase que los abogados especialistas en agresiones sexuales están acostumbrados a escuchar: "yo no quiero dinero, solo justicia" Es muy habitual que las mujeres que han sufrido un delito sexual sacrifiquen ese derecho para sentirse creídas, para evitar que se las juzgue y que no se piense que el ojetivo de su denuncia es obtener un beneficio económico o hacer venganza. Es tan habitual que suceda, que la nueva Ley de garantía integral de la libertad sexual prevé en su disposición final primera un cambio en la Ley de enjuiciamiento criminal que permita la revocación de la renuncia de la acción civil cuando los efectos del delito fueran más graves de lo previsto inicialmente.