Significativas y llamativas son las palabras del Papa Francisco. En su última entrevista se ha mostrado directo y contundente. “Somos todos hijos de Dios”. La homosexualidad, asegura, no es ningún crimen. “No es un delito, es una condición humana”. Aunque añade algunos matices. “Ya, pero es un pecado, distingamos pecado por delito, también es pecado la falta de caridad con el prójimo”. Es su última aparición tras la muerte del emérito, sobre lo cual también se ha pronunciado.“La experiencia de Benedicto ya da lugar a que los nuevos papas que renuncien se inserten de una manera más libre”. Los reproches de algunos sectores más conservadores de la Iglesia no parecen molestarle demasiado.“Las críticas son como la urticaria, que molesta un poquito, pero prefiero que las haya para que haya libertad".Otro de los asuntos por los que ha sido criticado son los nombramientos de obispos en China, donde las autoridades comunistas han encarcelado a sacerdotes. “China es un mundo complejo, pero estamos dando pasos. Cada caso (de nombramiento de un obispo) se mira con lupa".Y aunque necesita la ayuda de su bastón, el Papa ya está caminando y no usa la silla de ruedas. "Estoy bien de salud, para mi edad, estoy normal. Siempre pido la gracia de que el Señor me dé el sentido del humor". Con el que se despedía bromeando.