El fuego se expandía anoche sin control por los pinares de Garafía, en el norte de la isla de La Palma, pero los equipos de extinción esperan al menos que hoy pueda ser acotado. Los trabajos de extinción en los dos focos que se mantienen activos en el incendio permiten ser optimista a la dirección de la emergencia para conseguir estabilizar el perímetro afectado, que abarca, en la última estimación, un espacio de 18 kilómetros. Son más de 1.400 hectáreas afectadas, de las que 400 han quedado totalmente calcinadas, en especial matorral y pinar.

Como consecuencia de la cercanía de las llamas, alrededor de 300 vecinos tuvieron que ser desalojados de manera preventiva, según informó el Cabildo de La Palma. Casi todos ellos se han trasladado a viviendas de familiares o amigos, mientras que 37 están en el Albergue Cuatro Caminos, 10 en el de Pino de la Virgen y dos en la Residencia de Mayores de Santo Domingo. Los barrios evacuados son Colmenero, Catedral, Los Lomitos, Cueva de Agua, Briestas, Zona Alta, El Castillo, Las Tricias, Hoya Grande, Llano Negro y La Mata. Además, hay que lamentar daños materiales en algunas viviendas, pero anoche, al cierre de esta edición, no había cuantificación.

El incendio pasó a nivel 2 durante la noche del viernes al sábado, por lo que la competencia de la coordinación del operativo corresponde al Gobierno de Canarias. Las condiciones especialmente adversas del clima, con una alerta declarada por altas temperaturas, no favorecen las labores que realizan los medios terrestres y aéreos. En los dos focos trabajaron ayer 400 efectivos contraincendios de la Isla Bonita, con el refuerzo de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y bomberos de otras islas como Tenerife y Gran Canaria. Anoche se mantenía un dispositivo formado por un centenar de profesionales. Por la tarde se incorporaron los tres hidroaviones del Ministerio, uniendo sus esfuerzos al resto de medios aéreos, llegando a operar un total de 11 aeronaves, incluidos helicópteros.

El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, destacó que los trabajos durante la tarde se intensificaron para acometer labores en los dos frentes activos, consiguiendo la propuesta técnica una situación "mucho más favorable", dijo. Se trabajó "de manera intensa" desde el aire, aportando las once aeronaves que trabajaron "más de medio millón de litros de agua", apuntó el presidente. Entre los objetivos conseguidos por esa labor desde tierra y aire el principal está el de lograr contener el avance de las llamas en el flanco norte, evitando así que alcanzaran la cumbre y saltaran a otros municipios. Por el contrario, un fuego que, según el director de Emergencias, Jorge Parra, "está vivo y puede dar un susto", sigue preocupando en su flanco sur, donde sigue afectando al pago de Llano Negro, donde anunció que "se sumarán los esfuerzos durante la noche".