Extrovertida, sociable, alegre, sencilla. Francisca Cadenas, una mujer de 59 años, una mujer de costumbres, de su casa. Una mujer con la vida tranquila. Entregada a su familia, por la que vivía. Un fatídico martes salió de su casa, solo un momento, a acompañar a unos amigos hasta el coche a escasos 50 metros. Un callejón, pequeño e iluminado, que ofrecía pocos peligros en un pueblo tan tranquilo como Hornachos (Badajoz), se convirtió en el escenario en el que todos la buscan. “No te hagas nada, que ahora te hago la cena”, dijo antes de salir. Dejó la puerta abierta. Francisca desapareció el 9 de mayo de 2017. Han pasado más de cuatro años, desde entonces la esperan.