"Dos hijos, 36 años y toda la vida por delante. Buena, muy buena. Así era mi hija Mari Cielo". Quien habla es Antonio. Ha aprendido a vivir con el dolor, con la ausencia; Juana, su mujer, también. "A la fuerza, no ha quedado otra", reconocen. Su hija, Mari Cielo Cañavate, desapareció el 10 de octubre de 2007 en Hellín (Albacete). Fue a llevar a sus hijos al colegio y, en la puerta, le dijo a su hermana que se tenía que ir. Había quedado con su pareja, un hombre veinte años mayor que ella, casado y con hijos, con el que estaba terminando su relación. No regresó.

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