El incendio en la reserva natural de Inagua, estabilizado desde la tarde de ayer pese a que nuevos focos amenazaron las poblaciones del barranco de Siberio, es la principal secuela que queda del temporal de calima y viento que desde el sábado puso en jaque a todo el Archipiélago canario. El fuego, iniciado en el barrio Tasarte, no se podrá dar por extinguido hasta dentro de varios días, según los cálculos de los técnicos del Cabildo de Gran Canaria.