El presidente de la Comisión de Libertades y Justicia del Parlamento europeo, Juan Fernando López Aguilar, admite que votaron la enmienda vinculada a la congelación de sueldos y viajar en clase turista para vuelos de menos de cuatro horas de los eurodiputados sin saber cuál era su contenido real junto a otro centenar que enunciaban solo por números. Este tipo de votaciones es habitual en la Eurocámara.

El eurodiputado Willy Meyer, de Izquierda Unida, cuyo grupo fue el que presentó la enmienda objeto de la polémica, reconoce que "no hay que hacer populismo porque de lo que se trata es de garantizar que cuando llegue a la Eurocámara es para trabajar". Y sobre los viajes: "Debo decir que tengo un vuelo en clase a turista a Bruselas que me cuesta más que en business y no pregunté usted por qué".

López Aguilar aclara que no solo los eurodiputados viajan en business sino que también lo hacen los diputados y senadores en España o los funcionarios comunitarios. Además recuerda que cuando llegó al Parlamento europeo se encontró ya con el estatuto del diputado, tanto salarios como viajes, pero "la votación es un debate que falsea la realidad y solo sirve para desprestigiar la clase política". Un debate que además no ha tenido la misma intensidad en otros países europeos que en España.

Intolerable

El ex eurodiputado canario Manuel Medina, que desempeñó su labor durante 27 años en el Parlamento Europeo, se mostró ayer de acuerdo de sueldos dignos para los eurodiputados "y este tipo de debate resulta intolerable porque supone un desprestigio de la clase política, además de ser una tontería demagógica. Durante mi etapa trabajé como un negro y luego te encuentras con este tipo de mezquindades", añade.

Meyer, por su parte, aclara que los 700 eurodiputados responden a una "orientación de voto y no podemos conocer el contenido de todo lo que votamos". Asimismo, reconoce que el ahorro de la Eurocámara con estas medidas no es significativa, lo importante es la orientación de la política económica".

López Aguilar justifica las dietas de los eurodiputados porque "un hotel en Estrasburgo cuesta 280 euros y las dietas se justifican". También explicó, en relación con los viajes, que la Eurocámara cuenta con una oficina permanente que negocia los billetes de los eurodiputados y funcionarios comunitarios con las compañías aéreas.

Ahora los grupos políticos deberán esperar a la votación del presupuesto de 2012 para saber si prospera la voluntad de austeridad que ahora parecen conjurar todos.