Bien sea por los aires renovados que trae de Harvard, bien por la campaña electoral que asoma a la vuelta de la esquina o por previsión antes de que la lava de El Hierro acabe por quemar la paciencia de todos los canarios, lo cierto es que José Manuel Soria, el líder del PP en el Archipiélago, ya no luce bigote.

Su imagen poco se parece ya a la de su mentor, el expresidente del Gobierno de España José María Aznar, con el que compartía además de siglas e ideología, amor por los deportes, cabello engominado y bigote.

El mentor mantiene orgulloso el suyo, Soria prefirió cortar por lo sano tras su vuelta de la Universidad de Harvard, a donde acudió la pasada semana para seguir un curso de cuatro días para técnicos comerciales y económicos del Estado.

De allí vino encantado "por la experiencia interesantísima e intensísima" que le supuso las seis horas diarias de formación en temas como el comercio internacional, las uniones monetarias, las depreciaciones y recesiones; y "sorprendido por la humildad de los profesores, totalmente abiertos a la contradicción y el debate".

A la vuelta, lo dicho, se cortó el bigote con una de esas "maquinillas" que compró para sustituir a las tradicionales tijeras.

Era culpa de su poca destreza con el dichoso invento que en los últimos tiempos el adorno facial apareciera ya desvaído, según explicó. El artefacto cogía carrerilla y cortaba más de la cuenta. Así que la solución fue esta: "me afeito y se acabó".

¿Volverá a lucir bigote? "No lo sé, el pelo crece todos los días", responde con su nueva cara electoral.