Es uno de los deportes vernáculos de las Islas pero, a pesar de ello o precisamente por el peso de la tradición, la lucha canaria porta el estigma de ser "sólo para hombres". Al menos así es como lo ve Raquel Perdomo, secretaria del club capitalino Adargoma San José. Perdomo lleva más de doce años trabajando en la división femenina del club y es una acérrima defensora de este deporte. Tanto es así que sus tres hijas, María José, Estefanía y Olivia participaron ayer, con motivo del Día de la Mujer en una exhibición en la plaza Saulo Torón de Las Canteras.

"Íbamos a venir cinco clubes de lucha canaria femenina para hacer una exhibición pero finalmente sólo hemos aparecido dos", afirma. El club Hespérides de La Laguna fue el segundo en acudir a una cita que prometía un encuentro interesante.

En el terrero natural de Las Canteras y bajo la mirada de alumnos de distintos colegios, las hermanas, junto a su compañera Kimberly Rodríguez, realizaron una demostración de todo lo aprendido en este deporte.

"Empezamos en la lucha porque mi padre es entrenador. Es un ejercicio duro, pero nos divierte", afirma María José Ramírez, de 15 años.

Su madre no disimula la disconformidad que le produce la escasa presencia de las mujeres en este deporte y exige la igualdad de apoyo de las instituciones públicas. "La Dirección General de Deportes paró la actividad de lucha canaria femenina para el 2013 y aún nos encontramos a la espera de la subvención del año pasado. Sin embargo, la masculina sí realiza sus campeonatos". Además, Perdomo añade: "Somos una minoría. En la Isla sólo hay cinco clubes que tengan una división femenina. Estas niñas llevan entrenando desde agosto y todavía no tienen a la vista ninguna competición. Y eso que el año pasado las mujeres del Adargoma fuimos campeonas en la liga del Cabildo".

A estos problemas se une el de la falta de instalaciones para entrenar. El club Adargoma, en el caso de los hombres, entrena en cuatro, pero las mujeres, ante la falta de dinero para pagar el alquiler, quedan fuera.

Aún así, las jóvenes no pierden la ilusión y se enorgullecen de ser la única familia canaria en la que todos sus miembros son luchadores.

Como colofón a la jornada, la asociación de mujeres Zuleima otorgó una placa a ambos clubes. Una acicate más para Kimberly Rodríguez, que se declara apasionada de este deporte: "Empecé porque en el colegio fui con María José a ver una exhibición y me quedé sorprendida. Ahora me llaman para las luchadas, porque soy buena".