El café vespertino con el que el presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso, pretendía convencer a la titular de Obras Públicas, Ornella Chacón, sirvió para que uno y otra midieran sus fuerzas. Y Chacón aguantó el pulso. Tras dos horas de conversación llegaron a un principio de acuerdo: Tenerife podrá iniciar el cierre del anillo insular con los 15 millones que transfiere Madrid a través de los presupuestos generales del Estado de 2016 -tal y como desea y a pesar de que no corresponde ahora acometer esa fase de la vía- pero, para ello, no podrá ni comprometer el equilibrio regional ni paralizar ni retrasar obras en marcha de las incluidas en el convenio de carreteras. Además, cualquiera que sea la solución a la que se llegue ésta deberá tener el visto bueno de la Consejería de Hacienda del Gobierno de Canarias.
Es decir, el Cabildo tinerfeño debería, según sus deseos, iniciar antes del 31 de diciembre de 2016 el cierre de la vía que circunvala la isla (Santiago del Teide-El Tanque) pero también culminar la fase que está ahora en marcha (Adeje-Santiago del Teide) y recepcionarla (para lo que necesitaría 15 millones más), además de acabar la vía litoral y la vía Ofra-El Chorrillo, ambas en Santa Cruz de Tenerife. El dinero para todo ello no es poco. Alonso, a la salida de la reunión, se mostraba confiado en que Hacienda encontraría la fórmula para que el Cabildo pueda prefinanciar las obras. ¿Cómo hacerlo sin incurrir en déficit y con ello incumplir la ley de estabilidad presupuestaria que impone Madrid? Esa es el dilema al que deben dar ahora respuesta los técnicos de la institución insular tinerfeña y, en virtud de este principio de acuerdo, también la responsable de Hacienda del Ejecutivo regional, la nacionalista Rosa Dávila.
"Hay que analizar nuevos datos que debe aportar la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias", admitió el presidente tinerfeño en relación a la situación financiera de cada una de las vías en construcción y que Chacón se comprometió a enviar en detalle la próxima semana.
La reunión de ayer -que en principio iba a ser un encuentro discreto pero al que dio luz el presidente Fernando Clavijo en un intento por forzar el acuerdo y acabar con los "malentendidos"- es el último capítulo de un disputa que se inició el pasado 24 de septiembre cuando, a espaldas de Obras Públicas, Alonso viajó a Madrid para reunirse con representantes del Ministerio de Fomento a fin de negociar directamente el cierre del anillo insular, incluido en el convenio Canarias-Estado pero sin fecha. Ese mismo día debía celebrarse una reunión con la consejera para negociar ese mismo convenio pero que finalmente fue suspendido por problemas de agenda de los representantes del Estado.
La acción de Alonso, ha tensado las relaciones con el resto de cabildos, temerosos de que se ponga en peligro sus obras; ha hecho tambalear el pacto en cascada, por cuanto llegó a amenazar con cesar a los consejeros socialistas si se impedía la operación; ha disgustado a los socios del PSOE que han visto ninguneada a una de sus consejeras y dividido, por ende, a los miembros del Gobierno de Canarias. Chacón defiende, y lo hizo el lunes en el Consejo de Gobierno, que el dinero que Madrid destina al anillo debe ser el tramo en marcha porque de lo contrario restaría 15 millones de la "bolsa común" para todas las Islas, mientras que tanto Dávila como Clavijo -a su vez presidente de CC en Tenerife- mantienen que corresponde a cada Cabildo establecer sus prioridades.
Ayer el presidente insistió en que no hay "inestabilidad alguna" en el pacto con el PSOE, "más allá" de desencuentros normales que hay a la hora de dar prioridad a los recursos económicos. El problema, dijo, está en la falta de recursos económicos, como consecuencia del incumplimiento desde 2012 del Gobierno de España en el convenio de carreteras y que se cifra en 755 millones de euros. Para 2016 el convenio establece una inversión de 223 millones, pero llegarán 94, de los que 26,7 están comprometidos para continuar la carretera de La Aldea y 15 para el anillo tinerfeño.
