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Anteproyecto de la Ley del Suelo Las directrices sobre el territorio

Las nuevas explotaciones agrícolas y granjas deberán instalar energías limpias

El texto facilita la producción de renovables con plantas eólicas y fotovoltaicas

Las nuevas explotaciones agrícolas y granjas deberán instalar energías limpias

La Ley del Suelo obligará a todas las nuevas construcciones que se edifiquen en suelo rústico a dotarse de instalaciones de energías renovables para su autoconsumo. Una de las prioridades que refuerza la nueva norma en la ordenación del territorio es el de la eficiencia energética y por eso da vía libre a la autorización de instalaciones de fuentes limpias. De hecho, también se flexibiliza la normativa para fomentar la producción de este tipo de energías.

La autorización implica facilitar la instalación de plantas de generación de energía fotovoltaica, eólica o cualquier otra procedente de fuentes propias renovables siempre y cuando no haya prohibición expresa por el planeamiento. De esta forma, el texto busca frenar el impacto visual que generan las energías convencionales - tendidos eléctricos, torretas, etcétera- y el consumo de más combustibles fósiles. Una de los principios de la ley es que las administraciones públicas deben fomentar la reducción del consumo de los recursos naturales y la sustitución del uso de recursos no renovables por recursos renovables.

En este marco, los requisitos que tendrán que cumplir las nuevas infraestructuras energéticas son que los terrenos que ocupen no podrán exceder del 10% de la superficie total de la explotación ni del 15% de la superficie realmente cultivada. En estos parámetros no se computarán la superficie del cultivo en invernadero, ni la ocupada por otras construcciones, ni las instalaciones energéticas construidas sobre ellos, en su caso.

Ahora bien, el abandono permanente o por un periodo superior a dos años del uso agrícola del suelo también conlleva que la autorización para las plantas fotovoltaicas o aerogeneradores quede sin efecto, lo que puede suponer para el propietario el desmontaje de la instalación y la reposición del terreno a su estado originario.

La ley establece que el deber de los propietarios de suelo de consumir energía a través de fuentes limpias empezará a tener vigencia una vez que la ley entre en vigor, con lo que no tendrá carácter retroactivo como ocurre también con la adaptación de los planes generales y territoriales que regulen suelo para estas infraestructuras.

En el amplio apartado que reserva la ley para la regulación del suelo rústico se establece que este tipo de terrenos pueden ser utilizados para usos complementarios, entre los cuales figura la producción de energías renovables, lo que se añade a otro tipo de usos, incluidos los turísticos.

En el ánimo de la nueva ley de fomentar el uso de las fuentes limpias el texto "acomoda" las normas que inciden sobre el suelo rústico a las necesidades propias de las actividades agropecuarias. Por ello no se ponen limitaciones a las actividades complementarias vinculadas al sector primario para que éste obtenga rentas que complementen la actividad agropecuaria. Entre las cuestiones prioritarias que recoge el espíritu de la ley figura la potenciación de las energías renovales en el medio rural de las Islas.

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