A Román Rodríguez no le gusta que le roben su papel de oposición. El líder de Nueva Canarias (NC) se quejó ayer de que el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, de Coalición Canaria, está usurpando su función, al arremeter una y otra vez contra el PSOE en el Gobierno. Curiosamente los socialistas son también sus socios en la corporación insular, alianza que acepta a regañadientes. Rodríguez, que siempre que puede aprovecha para mostrar su inquietud sobre el devenir del pacto regional echó ayer más leña al fuego.
El dirigente de NC preguntó al presidente del Gobierno y secretario general de CC de Tenerife, Fernando Clavijo, sobre las "críticas sistemáticas" de su compañero de filas a las políticas sociales.
Alonso pidió recientemente a la vicepresidenta y consejera de Políticas Sociales, Patricia Hernández (PSOE), que se deje de sectarismos y de visitas y "se arremangue" para firmar cuanto antes el convenio de dependencia con el Cabildo.
Pero esto es sólo "una anécdota", a ojos de Clavijo, que ve "normal" que los cabildos "en muchas ocasiones tengan roces con el Gobierno", al tiempo que agradeció, entre risas, a Rodríguez su preocupación por el pacto PSOE-CC. A su lado, Hernández tampoco perdió la sonrisa.
"Yo sí comparto las críticas del presidente del Cabildo de Tenerife, le llamaré para coordinar la oposición al Gobierno", bromeó Rodríguez, que cree que cuando se arremete contra la vicepresidenta "de forma reiterada se está criticando al Gobierno y su política social".
Entiende que a Alonso "se le va la mano en la crítica" a los consejeros socialistas de Obras Públicas, Ornella Chacón, y de Sanidad, Jesús Morera, y a la vicepresidenta y atisba "un pequeño sesgo partidista". Por ello animó a socialistas y nacionalistas a que mientras mantengan su "matrimonio" resuelvan sus desavenencias en las mesas de negociación para evitar que "se suplante el papel de oposición" de NC. "Estamos para hacer oposición y no es justo que nos quiten ese papel los del Gobierno, partido o alianza", ironizó Rodríguez, dejando entrever que el enemigo está dentro.
Los dardos envenenados de Carlos Alonso se dirigieron primero contra Ornella Chacón. Desde finales de agosto de 2015 el mandatario emprendió una batalla para reclamar fondos para el Anillo Insular y ninguneó a la consejera para captar financiación. Después lanzó sus ataques contra el titular de Sanidad por los problemas de las infraestructuras hospitalarias de la isla. Una de sus últimas broncas con Patricia Hernández se debió a que la acusaba de no tener "educación ni respeto institucional" por no haberlo invitado a la visita que realizó al Hospital del Sur de Tenerife.
Por el contrario, los reproches de Alonso a los consejeros de CC en el Ejecutivo por asuntos de sus competencias han sido más tímidos.
"Las discrepancias se producen siempre, lo importante es ser inteligente y tener capacidad para superarlas", se apresuró a sosegar ayer el presidente de la Agrupación Socialista Gomera, Casimiro Curbelo, en su turno de preguntas.
Sin embargo, hay relaciones atascadas en el enfrentamiento, como la de Fernando Clavijo y la diputada de Podemos, Noemí Santana, quienes no se ponen de acuerdo ni siquiera sobre los beneficios fiscales de la Reserva para Inversiones en Canarias (RIC). Tras calificar hace dos semanas este instrumento como una "herramienta de evasión fiscal", Santana lamentó ayer que no ha generado "riqueza equitativa" en las Islas. "Estamos en un sistema capitalista", le replicó el jefe del Ejecutivo, que atribuyó a esta causa la desigualdad social y elogió las ventajas de la RIC en favor del empleo. Pero estos incentivos no se han materializado "en hornos de pan, sino en chalés y coches de gama alta", refutó Santana, que denunció que el 0,27% de la población en las Islas concentra el 42% de la riqueza. Recordó que en 2015 la modificación de la RIC incluyó cambios, como poder destinar fondos en inversiones en África. "Menos mal que no se les ocurrió inversiones en Soria o en Panamá", dijo mordaz, con la corrupción en el trasfondo de su discurso.
Corrupción que también Clavijo quiere combatir, aunque segundos antes, en respuesta al PP, se mostró tolerante con las puertas giratorias: "No hay que criminalizar a los que llegan a la política desde el sector privado" para que "cuando abandonen sus responsabilidades públicas puedan retornar" a él.
