Los índices de pobreza y exclusión social ya no están sólo ligados a la falta de un empleo. En los últimos años se ha incrementado también el número de familias que, aún con ingresos por rentas del trabajo, siguen necesitando de las ayudas sociales para llegar a final de mes o cubrir alguno de sus gastos más esenciales porque los salarios son muy bajos. El fuerte incremento de la precariedad laboral y de los contratos a tiempo parcial que no cubren ni siquiera el salario mínimo interprofesional -unos 600 euros-, forman parte del deterioro social al que se está asistiendo actualmente.
Canarias está diez puntos por encima en riesgo de pobreza con respecto a la media nacional, un 28,36% frente al 18,5%. Pero también en carencia material severa o en hogares sin ningún tipo de ingreso, lo que supone un escenario que genera preocupación en las organizaciones no gubernamentales que trabajan con este tipo de situaciones.
El presidente de la Cruz Roja en el Archipiélago, Gerardo Mesa, vincula el deterioro social y la disminución de la renta disponible directamente a la proliferación de sueldos bajos, sobre todo tras la reforma laboral aprobada en 2012. Mesa Noda resalta la figura del "empleado pobre", que cada vez se ve más en las ONG que ayudan a los más necesitados como es el caso de la Cruz Roja.
Gerardo Mesa lamenta que la brecha entre Canarias y el resto del país aumente como consecuencia de la precariedad en el empleo y unos sueldos que "no son dignos" para sufragar los gastos vitales de los hogares. El representante de la Cruz Roja critica la "esclavitud del siglo XXI", es decir, la de tener trabajo y no poder cubrir las necesidades básicas.
Mesa Noda critica que las administraciones públicas adjudiquen a empresas ajenas a la problemática social la prestación de servicios que hasta ahora cu-brían las ONG como el transpor-te adaptado, la teleasistencia o el salvamento y socorrismo por precios más bajos "sin darse cuenta de que no por ser más baratos van a realizar un mejor servicio porque los sueldos que pagan después no son dignos y estos trabajadores terminan acudiendo a los servicios sociales, lo que supone que lo que querían ahorrarse se lo gastan en ayudas sociales", lamenta el presidente de la Cruz Roja en Canarias.
