Tras casi 22 años de servicio, María Antonia García Moral se ha convertido en la primera mujer del Ejército de Tierra en Canarias en ascender al empleo de cabo mayor. "Es un honor, este reconocimiento me hace mucha ilusión y mejorar en tu trabajo siempre es un motivo de orgullo", destaca esta asturiana de 43 años, casada y madre de gemelos. Además, se da la circunstancia de que es la número uno de su promoción de ascenso, donde 55 personas subieron en el escalafón y ella era también la única fémina.
Convencida de que el esfuerzo merece la pena, admite que los inicios de su carrera fueron difíciles, pero nunca ha sentido ningún trato discriminatorio por el hecho de ser mujer. Natural de Gijón, esta Técnico en Gestión Administrativa cuenta que su experiencia ha sido "muy buena" y ha tenido "mucha suerte" en los destinos en los que ha desarrollado su labor.
"El Ejército es una profesión dura, requiere mucha disciplina y dedicación, tanto si eres hombre como si eres mujer", admite García, que cree que el debate sobre el papel de la mujer en el estamento militar hace tiempo que quedó zanjado. De hecho, apunta que en el régimen castrense "se tiene muy en cuenta y se respeta la conciliación de la vida familiar y laboral".
Ingresó en el Ejército en 1994. Entró como soldado en el Regimiento de Infantería Isabel La Católica número 29, en Pontevedra, donde permaneció hasta 1999. Salió como especialista en Administración y fue destinada a Asturias, al Regimiento de Infantería Príncipe número 3, ambas unidades pertenecientes a la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable Galicia VII.
Desde hace más de ocho años forma parte del Regimiento de Infantería Soria 9 con guarnición en Puerto Rosario (Fuerteventura), que depende de la Brigada de Infantería Ligera Canarias XVI. En 1995 participó como casco azul en Bosnia Herzegovina, lugar al que regresó en 1997 con funciones de la OTAN. En 2002 estuvo en Kosovo y al año siguiente nacieron sus hijos.
García posee tres cruces del mérito militar con distintivo blanco, cruz de bronce a la constancia en el servicio, medallas de la OTAN por su intervención en Kosovo y la antigua Yugoslavia y de las Naciones Unidas por su implicación en misiones.
Ayer el Cuartel General del Mando de Canarias comunicó oficialmente su ascenso. Si bien ella aún recuerda emocionada cuando se enteró de la noticia el 4 de julio. Estaba desayunando en casa con su familia y compañeros de la Península de su promoción le enviaron mensajes dándole la enhorabuena. Su nombre encabeza el listado publicado por el Ministerio de Defensa, que valora sus facultades y su "hoja de servicios intachable".
"No ha sido fácil" conseguir su meta. Lograr el empleo de cabo mayor es un proceso que dura alrededor de un año, en el que se evalúa toda la trayectoria militar y el aspirante debe reunir una serie de requisitos y cualidades personales y profesionales, así como superar un curso de capacitación. "Ascienden muy pocos", comentó García.
Tras ser elegida, nada más pisar el cuartel ubicado en la capital majorera, el jefe del Regimiento, el coronel José Ignacio García, la felicitó en el patio y le dedicó unas palabras ante el resto de efectivos: "Es un orgullo contar con la número uno de la promoción". María Antonia García es un "referente" para el personal de la escala de tropa dentro de su unidad. A partir de ahora tendrá que tener mayor contacto con sus compañeros para trasladar sus inquietudes y necesidades a través de la cadena de mando. Eso sí, asegura que no dejará de ser "una compañera más".
