La magistrada que investiga a los jueces Salvador Alba y Victoria Rosell en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), Margarita Varona, rechazó ayer que el presidente del tribunal, Antonio Doreste, deba comparecer como testigo en las diligencias previas abiertas contra Alba.
La propuesta de Doreste como testigo fue planteada este lunes por Rosell, un día antes de que la Sala de lo Civil y Penal del TSJC revocará la personación de Rosell como acusación particular en el pleito contra Salvador Alba.
Varona había aceptado el derecho de Rosell a acusar a Alba por una supuesta conspiración para desacreditarla y truncar su carrera política, pero Alba, con el apoyo de la Fiscalía de Canarias, recurrió esa decisión y logró que la Sala de lo Penal, con Antonio Doreste como ponente, le concediera parcialmente la razón.
El tribunal permite que Rosell siga en la causa como perjudicada para reclamar una posible indemnización por daños morales si se abre juicio oral, pero le impide continuar en el procedimiento como acusación para solicitar la práctica de diligencias de investigación.
Rosell, sin embargo, solicitó ayer una aclaración del auto dictado por el TSJC, con la finalidad de tratar de ejercer la acción popular, una figura que no parece pensada para los jueces, según las fuentes consultadas. En cualquier caso, es el tribunal quien deberá disipar las dudas sobre la continuidad o no de Rosell en como acusadora popular, que es la figura empleada por el exministro José Manuel Soria para querellarse contra ella en la otra causa abierta en el TSJC.
Rosell no sólo ha pedido la declaración como testigo de Doreste, sino que ha advertido al presidente del TSJC con recusarlo porque su nombre aparece en la grabación hecha por Ramírez. En esa charla, Alba confiesa al empresario que informará a Doreste de la reunión mantenida en la Audiencia de Las Palmas con Ramírez, extremo que finalmente hizo al remitir sendos informes al TSJC y al Consejo General del Poder Judicial.
