La Provincia - Diario de Las Palmas

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Menú carcelario por 3,7 euros

Interior adjudica por 4,5 millones de euros el suministro de materias primas para alimentar este año a los reos de las prisiones canarias

Menú carcelario por 3,7 euros

Comer entre rejas cuesta apenas 3,7 euros al día por persona, menos de la mitad de lo que vale un menú convencional en cualquier restaurante. Es el dinero que se destina a la alimentación sana y nutritiva de quienes están privados de libertad en Canarias. El precio, muy bajo, se consigue gracias a las compras centralizadas. Instituciones Penitenciarias no atiende los caprichos y gustos culinarios de cada preso, pero sí tiene en cuenta sus necesidades por motivos de salud y respeta sus convicciones religiosas. En la medida de lo posible, se intenta ofrecer una comida "equilibrada y atractiva" para cuando llega el momento de matar el apetito.

El Estado acaba de contratar el suministro anual de materias primas para la alimentación de los internos de las cárceles de Tenerife; Las Palmas I, situada en Salto del Negro, en la capital grancanaria; Las Palmas II, en Juan Grande, en San Bartolomé de Tirajana; y la prisión en Teguise (Lanzarote). Interior ha adjudicado 22 lotes por unos 4,5 millones de euros. Desde una partida para carne fresca de 552.630 euros hasta 5.349 euros para helados, la cifra más pequeña.

La mitad de los lotes han sido concedidos a la Plataforma Femar, con sede en Alcalá de Guadaira, en Sevilla, que, por 2,1 millones de euros, surtirá a las instalaciones penitenciarias de las Islas de conservas, embutidos, caldos, frutas, helados, precocinados, papas, cebollas, ajos, pescado ultracongelado, salsas de mesa, verduras y hortalizas.

Mientras que Aceites Málaga abastecerá a los centros isleños de café, productos en porciones, pastas y sopas por un valor total de 157.352 euros. La compañía Legumbres El Maragato, localizada en León, proveerá de legumbres y arroz por 120.174 euros.

Proveedores locales

La empresa Archipiélago Alimentaria, radicada en Granadilla de Abona, suministrará este año aceites, huevos y leche por 329.554 euros. La firma Canaria de Alimentos (Canalsa) llevará al penal aves y carne congelada por 831.382 euros; Comesa Canarias elaborará bollería por 29.562 euros y Celgán, de JSP, repartirá los postres lácteos por 150.588 euros.

Antes de 1997 cada penitenciaría gestionaba su dinero, sin embargo, a partir de ese año, para optimizar recursos se estableció un sistema mixto para las compras. Con el fin de obtener mejores precios, el 75% de los productos se centralizan y se deja el 25% para que cada prisión los adquiera en el mercado local, según fuentes de la entidad estatal Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, encargada de organizar la compra de alimentos para las cárceles.

El menú diario del prisionero lo prepara el personal de cocina, luego lo aprueba un equipo médico y pasa por la Junta Económica Administrativa. La central lleva a cabo un control y estudia si los menús son "equilibrados y buenos dietéticamente y, si es necesario, se corrigen". Nutricionistas examinan los menús para "mejorarlos".

"Tenemos que tener en cuenta que el interno es cautivo y sólo tiene la posibilidad de comer lo que le damos, por eso hay que tratar de combinar una comida equilibrada y atractiva para no hacer aburrido ese instante del día", añaden las mismas fuentes. Se procura que la comida "sea abundante y variada". En general, la verdura y el pescado no se encuentran entre los platos favoritos de los reclusos, que prefieren ternera, salchichas y huevos fritos.

Hay a quienes les cuesta adaptarse al menú carcelario y tienen que educar a sus estómagos para comer de forma sana. En todo caso, también se ofrece gastronomía local. En Canarias, por ejemplo, se sirven en los comedores papas arrugadas; en Valencia, paella; y en Andalucía, pescaíto frito.

Aparte del racionado común, tal como fija la legislación se entregan bandejas con menús especiales para personas de credo musulmán y, a instancias de los médicos, dieta blanda, triturada, para diabéticos, hipercalórica, hipocalórica... Hay tantos menús como ordenan los facultativos de cada centro, parece la cocina de un hospital.

Tres comidas al día tienen un coste total de 3,69 euros por interno en las prisiones de Gran Canaria y Tenerife y 3,71 euros en la de Tahíche en Lanzarote. Esa cuantía se destina para comprar las materias primas y pagar las nóminas de los reos que actúan como pinches, que reciben un sueldo en función de las horas que trabajan.

Desayunar, almorzar y cenar entre barrotes en La Palma cuesta 4,19 euros. Esta prisión no está dentro de la compra centralizada porque es muy pequeña. A menos internos en un centro, más se encarece el servicio que se presta.

Las cocinas de las cárceles del Archipiélago dan empleo remunerado a alrededor de 114 presos, que han recibido una formación previa y cuentan con los carnés de manipuladores de alimentos. Las prisiones están dotadas de cocinas industriales y las de las islas capitalinas disponen de obradores, en los que se elabora el pan artesanal que consume toda la población penitenciaria. "Estamos muy orgullosos del pan, tiene un buen sabor y no es precocido y congelado", destacan las fuentes consultadas.

Los comensales tienen agua potable todo el día. Si lo desean, pueden adquirir refrescos en el economato y en las fiestas especiales pueden beber cervezas sin alcohol.

Para conocer la opinión de los reclusos sobre la alimentación en la cárcel, cada cierto tiempo se realizan encuestas de satisfacción, a fin de "perfeccionar" el servicio y ayudar a romper la rutina de la celda, al menos a la hora de comer.

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