La aspirante a la Secretaría General de PSOE, Susana Díaz, aseguró ayer en Tenerife que quiso empezar su campaña para alzarse con el liderazgo del partido en Canarias y argumentó su decisión en dos cosas: su similitud con su Andalucía y su capacidad para trabajar. "Canarios y andaluces sabemos lo que cuestan las cosas al estar en el sur del Sur de España", dijo. Durante su discurso ante un nutrido grupo de militantes y simpatizantes (cerca de 500 según la organización), la candidata socialista realizó continuas referencia a tierra en la que se encontraba.

Una de ellas fue poner en valor la lucha de las camareras de piso en defensa de mejores condiciones salariales, un movimiento que según Susana Díaz , se inició en el Archipiélago. "Solo con que sus contratos dependan del convenio de hostelería ganarían 300 euros más", explicó la aspirante a líder socialista quien culpó de esta situación "a una reforma laboral que tritura a los trabajadores y sus derechos".

La modificación de esta normativa es una de las cuestiones que Díaz consideró prioritaria en el caso de llegar al Gobierno, porque precisamente durante el acto de ayer las miras parecían estar más puestas en la dirección del país que la del partido. No en vano, el compromiso por el que apuesta la candidata es "recuperar el PSOE que quiere la gente" y presumió de que "los militantes saben que es el partido que puede cambiar España".

A su juicio, este objetivo solo es posible si tras este proceso surge un partido reforzado "en fraternidad", en el que "no existan apellidos ni etiquetas". Para explicarse aludió al eslogan elegido para su campaña y afirmó: "Yo soy cien por cien PSOE pero no permitiré que nadie diga que este es el partido de Susana Díaz, porque no será cien por cien mío".

"Estoy aquí para pedirles apoyo y ayuda", insistió la socialista quien consiguió ser ovacionada durante varios momentos especialmente en otra alusión a un hecho con Canarias protagonista: el fallecimiento de una joven el pasado viernes a manos supuestamente de su pareja en Telde. "Yurena era una joven que se buscaba la vida y murió simplemente por ser mujer", lamentó Susana Díaz antes de elevar un "ya está bien" ante la violencia machista".

"En esta lucha tenemos que estar todos, el Gobierno, las comunidades autónomas, los municipios, las asociaciones y la sociedad en general, tenemos que levantarnos todos juntos para decirle a los maltratadores que no tienen hueco aquí", sentenció.

La defensa de las políticas sociales fue el eje de la bandera defendida por Díaz durante su intervención, en la que las alusiones a la educación y la sanidad fueron constantes, especialmente cuando trató de presumir de los logros obtenidos por los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. "Pero los problemas y los desafíos de ahora no son los mismos de los años 80", admitió Susana Díaz para añadir "se trata de que un niño que estudie en un colegio de Santa Cruz de Tenerife tenga las mismas oportunidades que un alumno de Tarragona y de que una persona de Candelaria reciba la misma atención de calidad en un hospital que una paciente de Lugo".

El futuro

A juicio de la socialista andaluza, España requiere una visión nueva basada en los retos del futuro "para crear un país moderno". "Este momento es diferentes , estamos viviendo la cuarta revolución industrial basada en la tecnología, lo que traerá consigo nuevas profesiones", resumió Díaz, quien entendió que "se tienen que fortalecer los sectores en auge y apostar por los nuevos".

No obstante, entre los ejemplos futuros más aplaudidos por los presentes se encuentra la previsión del "negocio sanitario". Antes de su intervención, la exvicepresidenta del Gobierno de Canarias, Patricia Hernández, ya había alertado de que "en las Islas, una de cada tres operaciones quirúrgicas se realizan en la sanidad privada con dinero público", y durante sus palabras, Susana Díaz recurrió al caso de Andalucía, comunidad autónoma en la que "el presupuesto sanitario acapara uno de cada tres euros hasta los 10.000 millones".

"Es una evidencia clara que las empresas de capital y riesgo inviertan en clínicas privadas, ya que esas compañías saben que ahí es dónde estará el dinero", auguró la aspirante a líder socialista quien entendió que entre las tareas de los líderes "se encuentra parar a las farmacéuticas para que dejen de hacer negocio con la salud de las personas".

"Nos toca a nosotros hacerlo", insistió la socialista quien aludió a los valores del socialismo para convencer de "la ilusión y la esperanza" con la que aspira a la Secretaría General del PSOE. "A aquellos que animan a indignarse hay que recordarles que los socialistas nos rebelamos pero después proponemos cómo cambiar las cosas", dijo. No quedaron fuera de su particular análisis ni el resto de formaciones políticas ni la propia, puesto que a los primeros les recordó que "después de 140 años de historia al Partido Socialista Obrero Español aún le queda mucho que decir" y a los segundos les animó a "volver a ser la izquierda útil".

De hecho, hizo cálculos sobre los resultados de las elecciones al Gobierno español y, tras recordar que a José Luis Rodríguez Zapatero le votaron 11 millones de españoles, señaló que durante los últimos comicios "a Pedro Sánchez le votaron algo más de cinco millones y otros cuatro a Izquierda Unida engullida, los tres millones restantes están esperando por el PSOE de siempre". Es más, ante la situación que atraviesa España la aspirante a liderar la formación socialista defendió que "las familias más humildes, las que peor lo están pasando, los obreros y los trabajadores son los que quieren que volvamos". "El PSOE es el partido que más apoyo tiene entre los siete millones de personas que sobreviven solo con el salario mínimo que a otros solo les da para pagar el colegio privado", afirmó. Según su argumento, nada de esto es posible sin un PSOE "fuerte" y unido. Tras su visita a Tenerife, arropada por dirigentes del partido en Canarias, se trasladó a Lanzarote.