El Rocasa Gran Canaria ACE tocó de nuevo la gloria. No sin lucha ni esfuerzo. No sin entrega ni pasión. El conjunto grancanario, que comenzó su andadura en la historia del deporte en noviembre de 1978, se levantó cuando nadie lo esperaba para apoderarse de la Copa de la Reina. Hace apenas 25 días las chicas del combinado entrenado por Antonio Moreno lograron forzar la prórroga en el último suspiro. Era la cuarta vez, en los últimos cinco años, que el cuadro teldense se enfrentaba al conjunto vasco Super Amara Bera Bera en la final de esta competición. Y ganó. El Rocasa confirmó su reacción en el tiempo extra tras un comienzo titubeante sobre el parqué del Municipal de Porriño, en Vigo. La entidad de Las Remudas levantó así su segunda Copa de la Reina, conquistada también en la final de hace dos años ante el club de San Sebastián. Con este triunfo, el bloque de Telde se hizo con su tercer título en las últimas tres temporadas. El próximo 30 de Mayo, el Ejecutivo regional reconoce su trayectoria sobre el escenario del Teatro Pérez Galdós al entregarle la Medalla de Oro de Canarias.
El combinado grancanario acumula ya 39 años de historia, un tiempo en el que el que la entidad se ha consolidado como el club de balonmano del Archipiélago que más años ha participado en la máxima categoría de este deporte a nivel nacional. Puede presumir, también, de ser el primero de España en antigüedad en la División de Honor, el que más competiciones nacionales ha conquistado, el segundo de la comunidad autónoma que ha logrado más competiciones estatales de cualquier especialidad, y el equipo que más jugadores ha aportado a la selección española de todas las modalidades deportivas que existen. El Rocasa Gran Canaria ACE encarna el éxito de un modelo modesto que busca seguir creciendo.
Moreno, que además de entrenar al equipo del barrio teldense es el presidente del club, destaca que el reconocimiento recibido con motivo del Día de Canarias es "un espaldarazo a lo que se está haciendo" y una motivación más para continuar trabajando. El técnico señala, de hecho, que la única clave para encadenar tantos años de triunfos y progresión es la perseverancia. "Hay que dedicarle más horas que los demás. Entrenar, entrenar y entrenar", subraya.
Asalto a Europa
El equipo divisa el futuro con ansias de seguir sumando títulos. Y aunque Moreno indica que también la suerte juega un papel importante en la consecución de más trofeos, a ésta hay que acompañarla con trabajo, una condición innegociable en un equipo que el ejercicio pasado conquistó su primer título europeo: la EHF Challenge Cup.
Un año atrás, el Rocasa venció al conjunto turco Kastamonu en una final a doble partido. El destino quiso que el encuentro de vuelta lo jugara el combinado grancanario en casa, rodeado de los suyos, en el pabellón Rita Hernández de Telde. Y se colmó de gloria. Como hiciera en la ida, las jugadoras impusieron su talento y buen hacer sobre la cancha para obtener su primer entorchado continental.
Tras cada triunfo, el club de balonmano grancanario ha sido recibido con honores en varias instituciones. Su positiva trayectoria no solo le ha valido una de las doce medallas de oro que el Gobierno canario entrega este año, sino también el Premio Jesús Telo al mejor club, colectivo o asociación de Actividad Física o Deportes de Promoción Deportiva en abril de 2015, mes en el que recibió a su vez el Premio Ser Canario a la labor colectiva.
Si bien el recibimiento de distinciones es motivo de alegría y orgullo para Moreno, éste señala que en nada cambia la rutina del club. "Al día siguiente tenemos que ir a entrenar", sostiene, y lamenta que detrás no haya "nada". El presidente y entrenador de la entidad deportiva reivindica el impulso al deporte femenino en todas las disciplinas. "Las ayudas siguen siendo las mismas", recalca. El técnico lamenta, a su vez, que no solo no valora igual los éxitos logrados por féminas en el mundo del deporte, sino que tampoco reciben el mismo seguimiento que el deporte masculino que día tras día copa los periódicos o informativos. Esta desigualdad en el trato, incide, se traslada también al plano de las subvenciones, por lo que entiende que menoscaba su proyección. "El techo sería mayor", insiste, de existir más programas de impulso al deporte femenino.
A base de esfuerzo, el club ha sabido salvar ese tipo de escollos y las diferencias presupuestarias que, a priori, le alejan de otras entidades. Sin ir más lejos, el Rocasa Gran Canaria ACE se hizo con la Copa de la Reina con un presupuesto de 400.000 euros para toda la cadena frente al millón de euros de su rival en la final.
Ser un equipo modesto no ha impedido tampoco que haya formado a grandes deportistas como Marta Mangué, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y punta de lanza de una de las mejores épocas de Las Guerreras, o Rita Hernández, quien logró un diploma olímpico en la cita de Barcelona 1992.
La concepción del deporte femenino como una actividad más amateur que profesional conduce a sus integrantes a redoblar esfuerzos. Es el caso de muchas de las jugadoras del Rocasa. Tienen que combinar los entrenamientos y partidos con sus estudios u otros trabajos. Moreno indica que hay que tener en cuenta que la carga física que supone su compromiso con el club no siempre le beneficia en sus otros empleos o estudios. No existe una verdadera profesionalización de sus disciplinas. Por eso las mujeres suplen con dedicación, entrega y brío la escasez de promoción de la actividad femenina.
