Hace ya 14 días que la carga del buque MV Cheshire entró en combustión. Después de una semana a la deriva, por fin pudo ser remolcado y a primera hora de la tarde de hoy -alrededor de las 16.00 horas-, según asegura el capitán marítimo, Pedro Mederos, se prevé que llegue a aguas del sur de Gran Canaria donde se mantendrá a unas 40 millas alejado de la costa. La empresa Resove Marine, contratada por la propietaria del carguero, Bibby Line Limited, para coordinar las labores de rescate, ha pedido a Salvamento Marítimo que se establezca una zona de exclusión por aire y mar de tres millas náuticas "por seguridad". Como respuesta, Salvamento ha denegado la propuesta, ya que tal y como señala Mederos, "no es necesaria" y sólo se ejecutará el aviso pertinente a los navegantes "para que no se acerquen y estén atentos", agrega el capitán.

"Establecer una zona de exclusión está justificada cuando se trata de un peligro fijo y determinado, en un punto concreto con coordenadas delimitadas, pero el buque está en constante movimiento, siempre con el remolcador, y además no es necesario", explica Mederos mientras puntualiza que "lo que se hará es avisar a todos los navegantes sobre la situación del buque, para que no se acerquen más de tres millas náuticas, que es la distancia de seguridad que hay que guardar, puesto que el humo que emite se disuelve a esa distancia".

Se espera que cuando el carguero haya parado, la reacción química que emite el humo también. Mederos cuenta que el aviso es importante, además, para que los navegantes que pasan por la zona no entorpezcan las operaciones de salvamento que se están llevando a cabo. En cuanto a la exclusión por aire, garantiza que "el humo no llega a más de 200 metros porque es más pesado que el aire, no se eleva y cae al agua, por lo que no hace falta tampoco". Aún así, fuentes de la compañía propietaria del barco explican que se trata de una medida de seguridad para que los aviones no sobrevuelen la zona, porque aunque no alcance mayor altura y es poco probable, "podrían levantarse vientos". "Es sólo por prevención", añaden.

Bibby Line Limited tenía previsto que el granelero llegara ayer por la tarde noche al punto designado por Salvamento en aguas al sur de Gran Canaria, pero finalmente el remolque se ha demorado más y, si todo va tal cuál lo previsto, llegará hoy a las 16.00 horas. Mientras tanto, los remolcadores que acompañan al carguero han continuado con las labores de enfriamiento de la estructura. Por ahora, la reacción en las bodegas tres, cuatro y cinco permanece inactiva, mientras la carga de la dos "está emitiendo un humo denso de color amarillo y naranja", y la de la uno se mantiene con humo blanco, según informa la misma empresa responsable.

El color del humo de la bodega dos es un dato positivo, ya que, tal y como detallan desde Bibby Line Limited, "indica que la combustión está en una segunda fase" y, por tanto, que la inactividad de la reacción química está en proceso.

Además de los cuatro remolcadores junto al granelero, el helicóptero traído el pasado domingo desde Malí transportó, en la mañana de ayer, a cuatro bomberos y un oficial de Salvamento al remolcador VB Hispania para ayudar con el trabajo, "para reforzar el equipo y aportar más recursos, porque se trata de un buque enorme de unos 190 metros de largo", destacan los dueños. "Aunque no sea posible llegar al corazón del problema con el enfriamiento a través de los remolcadores, esta labor es muy importante en el proceso", agregan.

Por ahora, los especialistas traídos por Resove Marine, para encargarse del análisis de la situación y las acciones a desempeñar, no han podido subir a bordo del granelero de nuevo. La primera y última vez fue este martes, cuando accedieron para medir la temperatura de la embarcación y controlar su estado. La propagación de la reacción química a las bodegas uno y dos ha imposibilitado que accedan una vez más.

Pedro Mederos puntualiza que, después de haber mantenido, ayer, una reunión con el capitán del buque y Salvamento Marítimo, los planes a desempeñar a partir de ahora consisten en "esperar a tener controlada la reacción en la carga y, posteriormente, a que los responsables del MV Cheshire manifiesten su intención de entrar a puerto o llevárselo a otra parte para proceder con su futura reparación".

En cuanto al punto elegido para situar el barco una vez llegue a aguas de Gran Canaria, el capitán marítimo señala que se han centrado en dos cuestiones a la hora de decidir: en que no afecte al tráfico marítimo ni este a las labores de rescate, y en la dinámica marina o corrientes para asegurar que en caso de que haya algún vertido al mar, "que no creemos que pase", fija, "de ninguna manera la mancha llegue a la costa".