Canarias se ha convertido en los últimos años en una de las comunidades autónomas con gobierno nacionalista que ha logrado alcanzar con el Estado grandes acuerdos sobre reivindicaciones históricas sin poner en riesgo la lealtad constitucional ni flirtear con el fantasma del soberanismo. Es por ello un territorio que puede servir de ejemplo de cómo el nacionalismo moderado y con afán de convivencia con el resto de España puede conseguir sus objetivos desde la exigencia razonable y con voluntad de diálogo y negociación, y ser así "parte de la solución" al problema territorial español. Esta es la tesis central que ayer desarrolló en Madrid en el Foro de la Nueva Economía el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, en el marco del debate sobre el papel de los nacionalismos en España y la posible reforma constitucional, y en el de una elecciones catalanas del 21-D que él ve como "oportunidad" para buscar "espacios de diálogo y encuentro".
Antes más de cien asistentes y tras ser presentado por la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, Clavijo trató de situar el caso canario como un paradigma de "nacionalismo distinto" que logra pactar con el Estado, ser "leal y reivindicativo", pero al mismo tiempo contribuir a la estabilidad y exigir un "trato distinto para poder ser iguales".
"El problema no es el nacionalismo, sino la mala política y la mala praxis en el ejercicio del interés general. En democracia todo tiene solución", afirmó.
"Queremos hablar desde una formación nacionalista y desde Canarias cómo vemos lo que está ocurriendo con la crisis territorial y de convivencia en Cataluña", avanzó el dirigente canario, quien subrayó que "no nos sentimos menos nacionalistas que ningún nacionalista de este país, pero nuestro nacionalismo es responsable, constitucionalista, ajustado a la legalidad y no por ello dejamos de reivindicar con firmeza y con lealtad institucional lo que consideramos es mejor para nuestra tierra".
Apear las diferencias
Clavijo destacó que "el nacionalismo no es malo" y que, por el contrario, "es la uniformidad lo que hace que la gente se sienta excluida". Por eso defendió la idea de que "España es un país plural, con distintas sensibilidades, donde los canarios somos distintos y tenemos necesidades distintas y por eso pedimos trato diferente para poder ser iguales". "Achacarle al nacionalismo los males de la falta de cohesión, o de la crisis de identidad fruto de la crisis económica que ha sacudido a Europa es igual de radical que el nacionalismo independentista, y que el populismo", argumentó.
Aseguró así el presidente que "ser reivindicativos y pedir que se nos trate de manera distinta" no les impide ser leales, y que "eso no lleva a ser responsables y a ser parte de la solución de los problemas de España".
Clavijo también apeló a las RUP como ejemplo de búsqueda de acuerdos de interés común entre territorios capaces de "sumar lo que nos une y dejar a un lado lo que nos separa". "Con esos programas comunes hemos logrado un posicionamiento común para un tratamiento específico. Eso nos puede servir de ejemplo para nosotros que formamos parte de un proyecto que se llama España que podamos ser respetuosos con aquello que nos diferencia y es perfectamente compatible, y que de eso derivan cosas buenas para la ciudadanía", recalcó Clavijo, al que acompañaron en el acto varios miembros de su gobierno y una alta representación nacional y canaria del PP.
Según el presidente, el reto en este momento es "crear el clima político y de consensos básicos para afrontar los retos de los próximos años como el debate de las pensiones, la reforma del sistema de financiación autonómica, o sostenibilidad del estado del bienestar, considerando que eso pasa por la reforma de la Constitución.
"Tenemos una gran oportunidad para poder hacer las cosas de otra manera, para poder resolver con diálogo y entendimiento los problemas de convivencia para abordar los retos de futuro", sostuvo el dirigente de CC, quien por otro lado justificó el apoyo de esta formación política a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña pese a lo "duro y difícil" que resultó. "Lo hemos apoyado pensando en el futuro y no en el tacticismo político. No fue una fácil decisión porque se ha llevado por delante un Gobierno nacionalista. Nosotros somos nacionalistas, pero el restablecimiento de la legalidad es fundamental para entendernos", resaltó el presidente canario.
Acuerdos claves
El planteamiento de fondo de Clavijo fue respaldo por la vicepresidenta del Gobierno central. Sáenz de Santamaría, que destacó de Clavijo su "voluntad de diálogo y de consenso" y su "clara vocación europeista", también puso las relaciones entre los ejecutivos central y regional como ejemplo de "diálogo sincero y leal y aunque las siglas y los proyectos sean diferentes". "Desde el respeto por las ideas de cada uno y desde el respeto a la ley de todos, demostramos que se llegan a puntos de entendimiento y acuerdos que benefician al conjunto de los ciudadanos y que los gobiernos dialogan y buscan soluciones", dijo. Tras resaltar el "respeto a la ley y el espíritu de consenso" existente entre ambas administraciones, recordó que con ello se han logrado en los últimos años "acuerdos claves" que han posibilitado avanzar en las reivindicaciones históricas como las reformas del REF, tanto el fiscal en la pasada legislatura, como el económico que está a punto de tramitarse en el Congreso.
Sáenz de Santamaria se refirió también a la reforma del Estatuto que también está pendiente de tramitarse en las Cortes y para el que pidió "buscar el máximo consenso para que sea el Estatuo de todos los canarios y del conjunto de los españoles", al tiempo que insistió en que la agenda canaria es un "prioridad para el Gobierno" y que la recuperación económica está permitiendo apuntalar un mayor dinamismo de la economía canaria.
