"En algunos casos, las modelos negras son arrinconadas por las principales agencias", explica la modelo londinense, quien ha desfilado para los grandes modistos.

"La moda debe volver a la época en que diseñadores maravillosos como Yves Saint Laurent, Gianni Versace y Azzedine Alaia tenían una gran representación de mujeres bellas, blancas, negras, chinas o hispanas", señala.

Campbell, de 37 años, confiesa que sus colegas de entonces, como Linda Evangelista o Christy Turlington, la ayudaron a progresar, ya que se enfrentaron a diseñadores que no querían contratarla.

"Les decían, 'si no coges a Naomi para tu desfile, yo tampoco quiero estar'", recuerda Campbell.

"La única razón por la que conseguí la portada del Vogue francés fue porque Yves Saint Laurent les llamó y les dijo que retiraría sus anuncios si no me ponían", revela.

Carole White, la directora de la agencia Premier, que representó a la modelo londinense durante 17 años, denuncia también en "The London Paper" el racismo que hay en el negocio.

"Una mujer negra tiene que ser perfecta para conseguir trabajo", explica, y critica que las personas que escogen a las chicas para los desfiles no quieren "chicas étnicas.

Como ejemplo explica que enseñó "una foto de una chica negra nueva a un agente en Milán y hasta retrocedió. Dijo: 'En Milán no tenemos chicas negras, es imposible".

"Las chicas negras no hacen dinero, incluso Naomi Campbell no ganó el mismo dinero que las chicas blancas, siempre se le ofrecía menos", añade.