Bello, el único superviviente de la Generación del 27, fue compañero de andanzas de Dalí, Lorca y Buñuel y desempeñó un papel crucial como aglutinador del grupo de artistas que durante los primeros años 20 se reunió en la Residencia de Estudiantes. Era Presidente de Honor de la Asociación de Amigos de esta institución.