El director titular de la Orquesta Filarmónica de Londres, Vladimir Jurowski, afirmó hoy que la crisis en la industria discográfica clásica "es algo bueno", pues dará la oportunidad a los artistas de difundir la música contemporánea y atraer jóvenes a los conciertos.

Así lo manifestó el director moscovita en una rueda de prensa, en la que compareció junto a la pianista Mitsuku Uchida y la violinista Carolyn Widmann con motivo de su participación, junto a la Filarmónica de Londres, en el Festival de Música de Canarias.

Jurowski consideró que actualmente el interés por la música contemporánea está centrado en oyentes que no son los típicos espectadores de conciertos, pero que descargan obras modernas y discuten sobre ellas en internet.

"Un montón de gente disfruta de la nueva música pero no va a los conciertos, que es lo que necesitamos cambiar", aseguró Jurowski, quien se refirió a que cuando visita Moscú lee "interesantes discusiones" sobre música contemporánea en los "blogs" de internet, algo que no ocurre en la prensa tradicional.

Por el contrario, la gente que acude a los conciertos de música clásica "es la misma que iba hace 30 o 40 años" y el problema es cómo atraer nuevo público a los auditorios.

A su juicio, la crisis en el sector discográfico dará la oportunidad a los artistas de que sean conscientes de su rol como transmisores de la música contemporánea "y podrán convencer a la gente anti-modernista de que es buena".

También opina Jurowski que los músicos deben "ir a los jóvenes, a las escuelas" y no dar clases en los auditorios, algo "que no funciona", pues por el contrario son los artistas los que deben convencerles de que son "seres humanos y no una creación de los medios de comunicación".

Asimismo Jurowski opina que se debe hacer participar a niños y jóvenes del proceso creativo, de manera que no sean sólo receptores "sino co-creadores" para que entiendan el arte contemporáneo.

Al respecto, la pianista japonesa Mitsuku Uchida apuntó que para el público no supone un problema escuchar una pieza atonal, incluso si previamente no se les ha advertido de ello, pues la música "es como una ilusión".

Además, sostuvo Uchida, comprar pintura contemporánea "es una inversión", algo que excede el plano artística, mientras que en música "no se puede invertir".

Preguntado por el hecho de que autores como Shostakovich sí cuenten con el favor del público, Vladimir Jurowski apuntó que el compositor de la sinfonía "Leningrado" ayuda al oyente a conectar con la época en que escribió su obra, probablemente "el período más trágico de la historia europea".

La década de los 30 del siglo XX produjo las dictaduras y regímenes políticos más sangrientos no sólo de Rusia, sino también de España, Italia y Alemania, dijo Jurowski, y Shostakovich tuvo "la extraña capacidad, sólo comparable con Beethoven, de hablar directamente a las grandes masas de oyentes sin ser populista".

Precisamente la Filarmónica de Londres, de la que es director titular desde 2007, interpreta en su primer programa en el Festival de Música de Canarias la cuarta sinfonía de Shostakovich, que Jurowski califica de "colosal y de proporciones desconocidas por su poder emocional".

Este poder hace que el público conecte con las generaciones previas que sufrieron la represión de estos regímenes y entienden de forma precisa lo que Shostakovich quería transmitir, pues el compositor muestra un valor "estético, moral y ético que lo hace muy fuerte".

Para Vladimir Jurowski, cuando aún no han pasado cien años de aquellos hechos "desafortunadamente" la situación del mundo actualmente "no es mucho mejor que entonces, y el peligro de que renazcan ese tipo de regímenes es tan grande ahora como entonces".

La Filarmónica de Londres tiene previsto ofrecer hoy en el Auditorio de Tenerife, y el sábado en el Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, el estreno mundial de la obra "Texan Tenebrae", del británico Mark Anthony Turnage, que proseguirá con el concierto para piano número 3 de Beethoven y la cuarta sinfonía de Prokofiev.