La muestra Construcciones de Eva se inauguró ayer en la sala de arte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en la calle Juan de Quesada número 30, donde permanecerá de cara al público hasta el próximo 17 de mayo y que comisariada por la historiadora del Arte María de los Reyes Hernández, propone recorrer distintas visiones que de sus madres han tenido 52 artistas canarios o vinculados de algún modo a las Islas, con de retratos de diverso formato.

"Es la primera vez que se organiza una exposición de esta envergadura dedicada a la madre", en España, apuntó en la presentación Isabel Pascual, vicerrectora de Cultura y Deportes de la ULPGC.

Artistas de creación fresca y actual conviven con autores de otros tiempos en una muestra para la que se ha invertido cerca de año y medio de trabajo, con un total de 74 obras que abarcan un período de 167 años (cuatro piezas hechas en el siglo XIX, 30 en el XX y 40 de la actual centuria hasta 2003). Las donaciones provienen de los propios autores, de coleccionistas y de instituciones y museos como el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, el Museo Néstor, la Casa de Colón o la galería Saro León.

Construcciones de Eva es la muestra número 100 que propone la sala, "un hito importante para la universidad" y que además se reproducirá en un catálogo-libro que se editará el próximo Día del Libro, recalcó Pascua. La exhibición se inserta en el proyecto Artemisia Mujeres + Arte, unión de mujeres cuyas profesiones están ligadas al arte y que trabajan para "hacer durante marzo y abril una serie de pequeñas muestras donde se haga visible el trabajo creativo realizado por la mujer", apuntó Hernández.

El recorrido se dispone "como un flashback", a la entrada la parte más contemporánea y en el interior la parte más antigua, apuntó Hernández, un detalle que sirve para reconstruir "ese cordón umbilical que todos los artistas contemporáneos tienen con su historia".

El hijo crea a la madre

La paradoja está presente en unas obras que revierten de alguna manera un orden natural; aquí, los hijos crean madres mediante el arte. Las obras se agrupan en cuatro partes: Retrato: Ausencias/Presencias acoge las piezas más antiguas, de pintores como los hermanos Eduardo y Jane Millares Sall; de María Casillas (años 60), a su vez retratada en la misma sala por sus hijas Marta y Mercedes Mariño (ya en los 70); o el retrato de la aristócrata Concepción Eduardo, el de datación más alta (1846), obra de su hija Pilar de Lugo Eduardo, "primera artista que exponía, no sólo en Gran canaria sino en general", como subrayó Hernández.

La parte Domestic Systems muestra "la deconstrucción del retrato" con un carácter simbólico de la representación, dijo la experta.

A la sección bajo el epígrafe de Transparencias y penumbras se destinan las obras en las que se ve a una "madre actual y cotidiana", trabajadora y autosuficiente, que "sufre maltrato" o que "lucha contra los hijos" por discrepancias vitales, enumeró la historiadora del arte. Aquí se dan cita artistas como Macarena Nieves, Rocío Arévalo, Raquel Ponce.

Ajuste de Imágenes es la tercera etapa, "una sala ambivalente" y "controvertida, de imágenes que parecen una cosa y son otra", el mundo de las videoinstalaciones y la fotografía, "menos convencional". Aquí conviven instantáneas de Teresa Correa con obras de distinta naturaleza de José Ruiz, entre otros, señaló Hernández.